La pacificadora Bimbo, decidió cancelar operaciones en Panamá y mudarse a Costa Rica, desde donde seguirán abasteciendo el mercado panameño.
Esta decisión conlleva la liquidación de los 500 colaboradores que allí trabajan, todo gracias a las presiones que exigían desde el sindicato.
Lo negativo del problema es el efecto colateral que conlleva el cierre de dicha empresa, porque junto a los empleados que perderán sus puestos de trabajos, están también los que dependen de ellos, así como los beneficiarios indirectos que dependen de dicha actividad comercial.
Esto, recuerda tristemente lo sucedido en la bananera de Barú, que no aguantó la presión sindical, terminando por cerrar operaciones y mudarse a otro país.