El club activa el rastreo para fichar al heredero de Courtois, cuyo contrato acaba en 2026. No se confía en que Lunin acepte quedarse como suplente.
EI Real Madrid otea con sus prismáticos el futuro de su portería. El club blanco ha activado el rastreo para encontrar un guardameta que pueda ser el que recoja el testigo de Courtois, que hará 32 años en mayo y tiene contrato hasta 2026. No hay prisa, por lo que el proceso lo está llevando la entidad con mucha calma y bajo una premisa: que el elegido se incorpore una o dos temporadas antes de hacer la transición de Tibu a su heredero.
Hay dos factores que han motivado al Madrid para arrancar la maquinaria de la primera fase para incorporar un portero. El primero, la incertidumbre con la situación de Lunin (24 años). El ucranio está en pleno pulso con Kepa por la titularidad, como anunció Ancelotti, que desvelará qué carta es la elegida (Lunin o Kepa) el 3 de enero en el retorno a la Liga contra el Mallorca. Lunin lleva más de un año meditando buscarse otro equipo donde disponer de partidos bajo palos y aunque tiene contrato como madridista hasta 2025, tanto si ahora pierde la competencia con Kepa como si en verano regresa Courtois y vuelve a ser taponado por el belga, esa idea de salir volverá presumiblemente a rondarle la cabeza. Por de pronto, aunque gane la titularidad… ya no podrá ser Trofeo Zamora.
El Madrid no las tiene todas consigo y de producirse la petición de Lunin de ser vendido durante el mercado veraniego eso aceleraría al próximo verano el fichaje de un guardameta. Del número dos del escalafón, al que se asoma también un portero de La Fábrica, el leonés Fran González (18 años), un talento interminable (mide 1,99 metros) que brilla en el Juvenil de Arbeloa.
El segundo vector que confluye para esta búsqueda de cancerbero es la situación contractual de Kepa. El vasco (29 años) parecía un sustituto premium durante la lesión de Courtois y el Madrid de inicio no descartaba intentar quedárselo una vez termine su préstamo, el 30 de junio, pero le está costando desbancar a Lunin. En Concha Espina en las condiciones actuales no se contempla pagar un traspaso por él y el Chelsea, que pagó en su momento 80 millones por él, no va a ‘regalar’ al internacional español.
Tampoco, por edad, es apenas dos años y cinco meses más joven que Courtois, asegura Kepa ejercer como un relevo generacional. Lo que sí se consiguió con el belga, que si cumple como mínimo su actual contrato (2026) habrá servido ocho años como guardián blanco, casi una década. En otras palabras, estabilidad para una posición muy sensible. Condiciones económicas y deportivas que juegan en contra de los intereses de Kepa.
Mirando en Sudamérica
El Madrid está inspeccionado posibilidades a ambos lados del charco. Como publicó AS, maneja informes del joven guardameta uruguayo Randall Rodríguez (20 años), de Peñarol. Un prometedor charrúa internacional Sub-23. El mercado americano no es uno que tradicionalmente guste a la entidad. En la historia contemporánea madridista sólo dos porteros tenían esa procedencia, Albano Bizzarri y Keylor Navas, y sólo el primero vino directamente desde un club sudamericano (el Racing de Avellaneda argentino). Keylor había mostrado sus virtudes cerca, en el Levante.
El Madrid trabaja con un cierto margen temporal, pero quiere tener definido al potencial heredero de Courtois con antelación. Como con los jóvenes fichados para otras posiciones (Camavinga, Vinicius, Rodrygo…), con el objetivo de que el gasto sea contenido. En ningún caso la entidad entrará en la inercia establecida por la Premier en los últimos años (los 80M€ de Kepa, los 62M€ de Alisson, los 52M€ de Onana…) y menos en una demarcación actualmente bien cubierta.