Estados Unidos anunció este martes que intensificará su lucha contra el tráfico de migrantes en la selva del Darién, por la que pasan miles de personas cada año y que se ha convertido en una de las rutas más peligrosas. En un intento por combatir a las bandas criminales que asaltan, violan y matan a estos grupos que buscan llegar a la frontera para pedir asilo,
Los departamentos de Justicia e Interior anunciaron la movilización de una unidad especializada en el combate de estas prácticas, que se creó en 2021 y ya estuvo operativa en Honduras, Guatemala, El Salvador y México.
A la par, el Departamento de Estado anunció que ofrecerá recompensas de hasta USD 8 millones por cualquier información que conduzca a la captura de los líderes de estas bandas, con especial foco en los narcos del Clan del Golfo, que operan en esta zona.
“Con el anuncio de hoy estamos extendiendo nuestros esfuerzos de aplicación de la ley al Darién, uno de los cruces de migrantes más peligrosos del mundo, y desplegando programas de recompensa como los que han hecho caer a capos de la droga para perseguir a los traficantes”, indicó en un comunicado la fiscal adjunta de Washington, Lisa Monaco, que sentenció a continuación que “a quienes trafican con personas a través del Darién, sepan esto: el Gobierno de Estados Unidos va a ir por ustedes”.
El Darién es una vasta jungla de 266 kilómetros de longitud y 575.000 hectáreas que se ubica entre Colombia y Panamá. Por tratarse de un espacio fronterizo entre ambas naciones, en los últimos años se convirtió en uno de los corredores más elegidos por los viajeros indocumentados de América y el mundo, que emprenden largas travesías con el objetivo de llegar hasta México.
Sin embargo, en muchos casos ven impedidos obstáculos como los animales salvajes, los ríos caudalosos y estas bandas delictivas.
En 2023, se estima que más de 520.000 personas pasaron por esta vía mientras que hasta mayo de este año ya sumaban 150.000 más, según las autoridades migratorias de Panamá. En su mayoría, se trató de venezolanos, haitianos, ecuatorianos y colombianos, aunque también se registraron casos de asiáticos y algunos africanos.
Por su parte, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) expuso en su último informe que hasta el pasado mes eran 30.000 los niños que se habían visto obligados a utilizar esta ruta como parte de su travesía migratoria, lo que supone un aumento del 40% respecto al mismo período del año anterior.
El recientemente electo presidente de Panamá, José Raúl Mulino, quien asumirá el cargo el 1 de julio, hizo el cierre de esta selva y la deportación de los migrantes irregulares una de sus promesas de campaña. “Vamos a cerrar Darién y vamos a repatriar a todas estas personas como corresponde, respetando los derechos humanos”, dijo durante uno de sus actos.
Joe Biden también ha anunciado acciones en materia inmigratoria en la previa de los comicios en los que se enfrentará a Donald Trump, que lo acusa de fomentar una “invasión” de migrantes. Sin ir más lejos, el 4 de junio la Casa Blanca anunció la implementación de requisitos más estrictos en la frontera sur luego de alcanzarse un tope de solicitantes, por lo que este paso podría quedar también cerrado.
La nueva norma entrará en práctica cuando haya más de 2.500 pedidos diarios durante un período de siete días, una cifra muy superior a la media de aquel momento.
Desde la Administración Biden sostuvieron que se trata de una “medida decisiva para fortalecer nuestra seguridad”.