Al menos 19 cadáveres fueron descubiertos el lunes en un camión abandonado en el estado de Chiapas, en el sur de México, cerca de la frontera con Guatemala, de acuerdo con el fiscal general del estado.
Cinco de los cuerpos tenían heridas de bala y todos vestían ropa oscura y chalecos tácticos que contenían municiones, dijeron las autoridades.
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, atribuyó las muertes a la violencia de los cárteles y dijo que algunas de las víctimas eran inmigrantes de Guatemala.
“¿Qué causa esto? Bueno, el narcotráfico y el tráfico de migrantes, es decir, la trata de personas, es una ruta”, dijo López Obrador el martes durante su rueda de prensa diaria.
“Hay dos grupos (cárteles) peleando… la gente de la zona está siendo protegida”, añadió.
Algunos nativos de Chiapas no están de acuerdo.
“Es triste y no puedo decir lo contrario, es triste que la violencia haya llegado hasta aquí”, dijo un residente.
“Mucho miedo. Nací y crecí en Chiapas, pero debido a la violencia en el estado tuve que migrar, ahora vivo en otro lugar, fuera del estado y solo vengo a visitar a mi familia”, dijo otro.
El presidente prometió una investigación exhaustiva sobre las muertes y dijo que se reforzará la seguridad en Chiapas.
La violencia ha ido en aumento en Chiapas a medida que los cárteles luchan por el control de rutas lucrativas para el contrabando de migrantes y drogas.
El Cartel de Sinaloa y el Cartel Jalisco Nueva Generación han estado involucrados en una guerra territorial en el área, y cientos de personas se vieron obligadas a huir de sus hogares en enero pasado.