Mohammad Abu Al Qumsan tembló y jadeó de incredulidad. Sus ojos se pusieron vidriosos antes de caer inerte en el patio del Hospital de los Mártires de Al Aqsa, en el centro de Gaza.
“Les ruego. Les ruego. Déjenme verlos”, gritó a los funcionarios de salud en el centro médico este martes.
“Acaba de dar a luz. Por favor, déjame verla”.
Horas antes, este palestino, padre de dos hijos, había salido de su apartamento en Deir al-Balah para recoger los certificados de nacimiento de sus gemelos de tres días: Aysal y Aser, un niño y una niña. Pero mientras estaba fuera, dijo, recibió una llamada telefónica que le informaba de que un ataque israelí impactó su casa y mató a los dos bebés, junto con su esposa, Jumana.
Las imágenes grabadas por un periodista independiente que trabaja para CNN muestran a decenas de personas reunidas alrededor de Al Qumsan en el Hospital Al Aqsa. Los hombres intentan consolar al viudo afligido mientras le acarician suavemente la frente.
En otra escena, se puede ver a Al Qumsan arrodillado junto a los cuerpos amortajados de los fallecidos, antes de realizar las oraciones fúnebres islámicas ante filas de fieles. Su esposa, una farmacéutica, y los gemelos estaban entre las al menos 23 personas, incluido un bebé de nueve meses, que murieron en varios ataques israelíes en la zona, según funcionarios del hospital.
“Que Dios los reúna en el paraíso, querida mía”, dijo un imam. “Juro por Dios que te reunirás con ellos en el paraíso y estarás con ellos para siempre”.
Al Qumsanhabía trasladado a su familia a un apartamento en Deir al-Balah, en un intento desesperado por proteger a su esposa, entonces embarazada, de los bombardeos de Israel en Gaza.
Apenas unos días antes, Jumana publicó un mensaje en Facebook en el que celebraba el nacimiento de sus bebés gemelos, a los que describió como un “milagro”. La pareja se casó el verano pasado, antes de que comenzara la guerra entre Israel y Hamas.
“Juntos para siempre”, escribió en una publicación anterior en redes sociales en la que anunciaba su boda, en julio de 2023.
Israel lanzó su ofensiva militar el 7 de octubre después de que el grupo combatiente Hamas, que gobierna Gaza, atacara el sur de Israel. Al menos 1.200 personas murieron y más de 250 fueron secuestradas, según las autoridades israelíes.
Desde entonces, los ataques israelíes en Gaza han matado a casi 40.000 palestinos, incluidos más de 16.400 niños, 115 de ellos recién nacidos, e hirieron a más de 92.000, según el Ministerio de Salud local.
Guerra “incesante” contra los niños
Al Qumsan es uno de los cientos de miles de sobrevivientes que no tienen tiempo para lamentar la pérdida de sus seres queridos en el contexto de una ofensiva israelí de 10 meses que ha matado a familias enteras, profundizó una crisis humanitaria y convirtió ciudades en tierras baldías.
Según la agencia de la ONU para los refugiados palestinos, UNRWA, al menos 1,9 millones de personas fueron desplazadas. La población total, más de 2,2 millones de personas, ha estado expuesta al riesgo de hambruna y enfermedades.
Pero los trabajadores humanitarios dicen que las restricciones de la ayuda israelí implican que no pueden ofrecer ayuda a los habitantes de Gaza afectados por la guerra. Además, las autoridades sanitarias no pueden clasificar a los palestinos heridos en un sistema médico aniquilado por los ataques israelíes. Más de 885 trabajadores sanitarios han muerto, dijo el ministerio, y menos de la mitad de los 36 hospitales del enclave funicionan parcialmente.
La agencia de la ONU para la infancia, Unicef, advirtió que la guerra “implacable” en Gaza “continúa infligiendo horrores a miles de niños”, tras estimar que hay al menos 17.000 niños no acompañados o separados de adultos en Gaza.
“Me quedé impactado por la profundidad del sufrimiento, la destrucción y el desplazamiento generalizado en Gaza”, dijo este viernes el funcionario de comunicaciones de Unicef, Salim Oweis. “Las imágenes que el mundo ve en la televisión ofrecen una importante visión del infierno que la gente está soportando desde hace más de 10 meses”.
“Lo que no muestra del todo es cómo, detrás de los edificios derrumbados, barrios enteros, medios de subsistencia y sueños han sido arrasados”.