La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha emitido una alerta global al declarar una emergencia internacional tras el reciente brote de Mpox, anteriormente conocida como viruela símica, que se ha registrado en la República Democrática del Congo y se ha expandido a otros 12 países africanos.

El director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, afirmó que “es una situación que debería preocuparnos a todos”, haciendo hincapié en el riesgo de propagación de un nuevo clado del virus que se ha vuelto más contagioso y peligroso. “La detección y rápida propagación de este nuevo clado, así como su presencia en países vecinos sin antecedentes de casos, es alarmante”, declaró en una rueda de prensa.

Desde enero de 2022, se han registrado 38,465 casos en 16 países africanos, con un total de 1,456 muertes. Los expertos han advertido un aumento significativo del 160% en los casos registrados en 2024 en comparación con el año anterior, lo que representa aproximadamente 15,000 casos y 461 muertes.

En este contexto, la OMS señala que es crucial una respuesta internacional coordinada para combatir esta emergente crisis sanitaria. “Nos enfrentamos a varias epidemias con diferentes clados en diferentes países, lo que exige una acción coordinada para detener estos brotes y salvar vidas”, agregó Ghebreyesus.

María Van Kerkhove, directora del programa de Emergencias de la OMS, enfatizó la necesidad de una mejor comprensión de la epidemiología del virus para dirigir adecuadamente las campañas de vacunación hacia las poblaciones más vulnerables.

Si bien la declaración de emergencia internacional no impone obligaciones específicas a los países, facilitará la coordinación de esfuerzos, la adquisición de vacunas y mejorará la agilidad en la respuesta sanitaria, particularmente en África.

La viruela del mono (Mpox) se transmite principalmente de animales a humanos, pero también puede propagarse entre personas a través del contacto físico directo. Los síntomas incluyen fiebre, sarpullido, hinchazón de ganglios linfáticos, dolor de cabeza y dolores musculares, con un período de incubación que varía de 5 a 21 días.

La OMS insta a la comunidad internacional a permanecer vigilante y a trabajar en conjunto para mitigar el impacto de este brote, protegiendo así las vidas de quienes se encuentran en mayor riesgo.