Los gobiernos de Colombia, Panamá y Estados Unidos acordaron este lunes llevar a cabo una mayor cooperación para mitigar la migración irregular, particularmente la que recurre a traficantes de personas y que busca llegar al norte del continente a través de rutas peligrosas, como la selva del Darién.
Mediante una declaración conjunta, el canciller de Colombia, Luis Gilberto Murillo, su homólogo panameño, Javier Martínez-Acha, y el secretario de Seguridad Nacional estadounidense, Alejandro Mayorkas, dijeron que los acuerdos logrados durante la reunión buscan “fortalecer las rutas para una migración segura y combatir la trata de personas y el tráfico de migrantes en la región”, según un comunicado de la Cancillería colombiana.
El Darién es una extensión de selva que atraviesa la frontera entre Colombia y Panamá. Al menos 45 migrantes han muerto en lo que va de 2024 tratando de cruzar el territorio panameño con rumbo a Estados Unidos, aseguró el ministro de Seguridad Pública de Panamá, Frank Ábrego, la semana pasada.
Según Ábrego, este año unas 230.000 personas entraron a ese país de forma irregular desde Colombia. En 2023 fueron más de 520.000.
El viaje por el Darién entraña múltiples peligros para los migrantes. Según la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), los principales riesgos documentados son robos, asaltos, secuestros, enfermedades, ataques de animales salvajes y accidentes en una selva llena de ríos, montañas y lodazales.