A once meses de la guerra en el enclave palestino, familiares y amigos de los secuestrados cargaron contra Benjamin Netanyahu y el gabinete de guerra.
Miles de personas salieron a las calles en todo Israel para exigir un acuerdo con el grupo terrorista Hamas que permita el retorno de todos los rehenes en Gaza, a 337 días -11 meses- de su secuestro. En Tel Aviv, se estima que unas 400.000 personas, entre ellas familiares y amigos de los privados de su libertad, se reunieron una noche más en la calle Begin, frente al cuartel de las Fuerzas Armadas, con carteles, banderas y fotos de sus seres queridos.
“Carmel aguantó, durante ocho largos meses, el hambre, el miedo mortal y los bombardeos… En junio, cuando un acuerdo estaba nuevamente sobre la mesa, ella estaba en la lista. Ella (y los otros rehenes asesinados) deberían haber regresado a casa ¡vivos!”, dijo Dickman, prima de la rehén Carmel Gal, que fue asesinada la semana pasada en el enclave, poco antes de que su cuerpo fuera encontrado por el Ejército en Rafah, junto al de otros cinco civiles.
“Estamos en la hora 11. Es demasiado tarde para Carmel pero para Ohan Ben Ami no es demasiado tarde. ¡Para Tal Shoham! ¡Romi Gonen! ¡Aún pueden abrazar a sus madres! Salgan a la calle todos los días hasta que vuelvan a casa vivos”, exclamó a continuación.
Otros marcharon al ritmo de consignas como “¿Por qué siguen en Gaza?”, “Paren el mundo y salven a todos” y “Un acuerdo sin firmar es un asesinato”, junto con banderas, imágenes y carteles con el lema “Bring Them Home”.
En Jerusalén, un gran grupo de manifestantes se reunió también frente a la residencia del primer ministro, Benjamin Netanyahu, al grito de “las mentiras del régimen no traerán seguridad”, mientras que entre la multitud de Rehovot destacó la presencia del ex jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas, Moshe Yaalon, quien alzó una pancarta con el mensaje: “Hasta que no estén en casa estaremos en las calles”.
El Foro de Familias de Rehenes, que nuclea a estos allegados y se encarga de organizar las protestas, lleva meses apuntando contra el Gobierno israelí -y específicamente contra Netanyahu- por su “inacción” en lo que respecta al retorno de los secuestrados. Desde la primera tregua, que tuvo lugar en noviembre, el grupo ha estado presionando por conseguir un nuevo pacto, que en muchas oportunidades estuvo cerca de concretarse pero siempre acabó frustrándose por exigencias inviables, según el Ejecutivo.
Es por ello que la sociedad comenzó a denunciar que el mandatario prioriza la victoria en la guerra sobre el regreso de los rehenes y se mantiene intransigente en las negociaciones. Este clima empeoró el pasado fin de semana, cuando las brigadas en Rafah encontraron los cuerpos ya sin vida de seis civiles, que habían sido brutalmente asesinados por los terroristas poco antes.
El episodio desató una ola de protestas diarias que se extendió durante toda la semana y que buscó, una vez más, presionar a las autoridades para que alcancen el acuerdo que se está negociando desde hace semanas.
Estados Unidos, que junto con Qatar y Egipto oficia de mediador en el conflicto, está trabajando en los últimos ajustes del texto que se presentará a la brevedad a la formación terrorista, que aún mantiene diferencias con Tel Aviv en lo que respecta al control del corredor de Filadelfia y la cantidad de presos palestinos a ser excarcelados en el pacto.
No obstante, esta instancia se presentará bajo el concepto de “se toma o se deja”, con la esperanza de que Yahya Sinwar y Netanyahu no bloqueen nuevamente un avance.
(Con información de EFE y Europa Press)