El número de migrantes que cruzan el peligroso tapón del Darién, una región montañosa de selva tropical que conecta América del Sur y América Central, batió un nuevo récord, indicaron funcionarios de inmigración de Panamá.
La subdirectora de Migración Panamá, María Isabel Saravia, dijo a los medios que este lunes se superó la cifra de cruces registrados en 2022.
“Hoy se superó la cifra. El 2022 fue un año sin precedentes con 248.284 personas que atravesaron por el Parque Nacional Darién. Pero con los cruces de hoy y ayer de 1.869 personas, se completaron 248.901 cruces en lo que va del año”, indicó Saravia este lunes.
Según las autoridades, de todas estas personas que cruzaron la selva en 2023, aproximadamente el 20% son niños y adolescentes.
“Dentro de ese grupo de edad, al menos el 51% son niños de cinco años o menos. Como anticipaban las cifras, superamos el número del año pasado (…) Los últimos tres años han sido muy superiores a los últimos 11 años en cruces”, añadió.
Saravia dijo que venezolanos y haitianos representan la mayoría de los que cruzan, seguidos de colombianos, ecuatorianos y migrantes extracontinentales.
La caminata de 60 kilómetros (37 millas) a través del tapón del Darién atrae a migrantes de Colombia a Panamá, y es un paso crucial para quienes esperan llegar a Estados Unidos y Canadá.
La migración masiva en todo el hemisferio occidental provocó un aumento de las personas que se mudan al norte.
Sin embargo, después de que los funcionarios advirtieran que un aumento en la migración irregular a través de la frontera sur de EE.UU. ocurriría después de que expirara en mayo una restricción fronteriza de la era Trump, utilizada en la pandemia para hacer retroceder a los migrantes en la frontera entre EE.UU. y México, la cantidad de encuentros diarios a lo largo de la la frontera estadounidense se mantuvo en baja durante el mes de junio.
“Como resultado de la planificación y ejecución —que combinó consecuencias graves para la entrada irregular con una expansión histórica de vías y procesos legales— los cruces ilegales entre los puertos de entrada a lo largo de la frontera suroeste disminuyeron en más del 70% desde el 11 de mayo”, dijo el Departamento de Seguridad Nacional en un comunicado de prensa en junio.
No está claro si este efecto disuasorio continuará, y los defensores de los Derechos Humanos dicen que los migrantes, que huían del peligro en sus países de origen, ahora viven en el limbo en México mientras esperan respuestas a sus solicitudes de asilo.
Otros se ven obligados a tomar caminos cada vez más riesgosos para llegar a EE.UU., dijeron los defensores. En junio, decenas de personas fueron encontradas muertas dentro de un camión en Texas.