Editorial

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Editorial Lunes 15 de mayo de 2023

La Huelga Docente

Otra vez los educadores vuelven con sus acostumbradas amenazas de paralización de clases, en demanda de lo que ellos llaman derechos adquiridos, los cuáles en el fondo puedan que sean legítimos, pero no bandera para interrumpir el desarrollo del año escolar, perjudicando con ello a miles de estudiantes y padres de familia que hacen ingentes esfuerzos para mandar a sus hijo a los centros escolares.

Aunque esta vez, la dirigencia educativa parece estar partida a la mitad, pues mientras un grupo pide sin  vergüenza alguna a los padres que no envíen a sus acudidos a los colegios, otros se unen a la voz del MEDUCA que dice que hoy lunes, será un día normal de clases. El asunto es que sí lo vemos de los que no acudirán a impartir clases, atrasando con ello el calendario escolar, otros sí asistirán a brindar enseñanza.

Sin embargo, el punto interesante de este asunto es que siempre el motivo que lleva a la paralización de clases, son los mismos problemas de antaño, pagos de salarios no cumplidos, malas condiciones de las escuelas, falta de servicios públicos, en fin si observan, son temas recurrentes que sirven de base para que los educadores decidan no atender a los estudiantes.

Pero no cabe duda que el principal cómplice en esta situación siempre ha sido el gobierno, por no cumplir su rol ante una situación tan delicada como es el tema de la educación.  Las promesas en tiempos de campaña, de mejorar los estándares y planes de estudios, así como las infraestructuras estudiantiles, siempre caen en saco roto, por más nombre rimbombantes que le pongan, o que si es la estrella del gobierno, siempre caemos en el mismo círculo vicioso con los problemas ya mencionados.

Las planificaciones estratégicas de los responsables para evitar que todos los años, vivamos el mismo escenario, llevan años en esos puestos y parece no haber aprendido a realizar las proyecciones en cuanto a nombramientos de docentes para que estén en sus respectivos colegios e iniciar el año lectivo, con la inmediata tramitación de los salarios de estos y así evitar motivos que conlleven la paralización de labores, pues parece que esa es la única herramienta que sirve a los educadores para lograr sus aspiraciones, derecho al que no nos oponemos, pero tampoco podemos estar de acuerdo con la suspensión de clases en perjuicio de los estudiantes.

Sí el sistema probado no funciona, entonces que se cambie para mejor, si el impedimento está en algún lado, que se busque la fórmula para evitar que el sujeto y objeto de la educación se vea afectado, pero no podemos seguir viviendo esa medición de fuerza entre autoridades y dirigencia educativa, que por un lado pregona que será un día normal de clases y por otros, salen los que irresponsablemente y sin ningún resquemor a decir que no envíen a los hijos a las escuelas porque no serán atendidos, quedando en medio de la disputa los padres sin saber que hacer al respecto.