Los políticos y sus mentiras
Los acontecimientos políticos del pasado fin de semana, no dejaron perplejos a nadie, pues no se necesitaba ni ser adivino, ni tener una bola de cristal para jugar a lo mándame Kalalú y adivinar lo que iba a pasar.
Era harto conocido que José Isabel Blandón cedería ante las ansias políticas de Rómulo Roux en querer ser el candidato presidencial, tratando de venderse como un líder, pero falto de liderazgo.
Ahora bien, el pueblo merece una explicación bien clara, sobre los motivos que llevaron al presidente del panameñismo a declinar sus aspiraciones y convertirse oficialmente en el primer candidato que habiendo ganado las internas de su partido y demostrando músculo político, decide abandonar la carrera presidencial para ir de segundo en una nómina.
Razón tuvo José Alberto Álvarez, cuando dijo lo que se estaba negociando y que ya todo estaba consensuado. Algo que motivó la ira del hasta ese momento candidato Blandón.
Pero cómo dicen que la mentira tiene patas cortas, éste último, ha quedado como el gran mentiroso atrapado en su triste obra de teatro en la que sólo se engañó él mismo.
Sabemos que para qué un político tome ese tipo de decisiones, sobran las razones de peso, sin embargo y mientras estas no se expliquen existirán conjeturas sobre esa decisión tomada.
Por eso la ciudadanía ha dejado de creer en los políticos tradicionales, porque ven que estos sólo piensan en sus intereses, vendiendo una falsa preocupación por resolver los problemas del país, aduciendo tener la capacidad que le falta al gobierno de turno, llegando a prometer hasta ir al infierno y regresar victoriosos.
Basta ya que nos quieran seguir tomando el pelo, mientras ellos juegan el ajedrez político y ver cómo se acomodan en el escenario político para hacer lo que sólo saben hacer, seguir lucrando del erario público.
Nuestra verdad sin importar a quien le duela.