El club blanco se plantea el fichaje de Kylian bajo una posición de fuerza. Tras 2022, cuando el jugador renovó con el PSG de manera inesperada, el club pretende manejar los tiempos.
En 17 días, el 1 de enero de 2024, el mercado entra en la ‘zona Mbappé’. El momento en el que Kylian puede, legalmente, negociar con el equipo que desee. Una ecuación donde, evidentemente, el Real Madrid, es la otra gran variable. Y la posición del club blanco es clara al respecto, firmeza. Eso es lo que se desprende internamente.
Lejos de la postura del pasado, donde se visualizaba al de Bondy como la piedra angular sobre la que se planeaba sustentar el proyecto, los acontecimientos han cambiado la manera de afrontar el potencial fichaje. En 2022, con todo perfilado para su aterrizaje, Mbappé dio un volantazo. En esta ocasión el contexto es diferente. Mbappé sí, pero no a cualquier precio.
La calidad del jugador es incuestionable y vigente (18 goles esta temporada). También su impacto mediático, titánico. Por eso el plan de hacerse con él sigue latente. Como ya detalló AS, la ofensiva blanca llegará en Año Nuevo. Ahí se moverá ficha. Mbappé, Fayza Lamari, madre y representante, mediante, recibirá la propuesta contractual del club. Aunque, tras la experiencia de 2022, buscará una respuesta definitiva antes de una fecha límite: el 15 de enero.
Se entiende internamente que es tiempo suficiente para que Kylian decida si quiere jugar en el Real Madrid. Una forma, además, de no condicionar el planteamiento de la 2024-25 y articular los movimientos necesarios para los planes en la recámara (Haaland).
No obstante, y de ahí la firmeza, la sucesión de acontecimientos desde aquella fotografía con Kylian posando en el Parque de los Príncipes, con una elástica con un simbólico 2025 serigrafiado, potencian la posición de fuerza del Madrid. De entrante, ese 2025. Por deferencia al PSG, Mbappé aceptó posar de esa guisa, pero consciente de que el ‘más uno’ de su renovación por dos años no sería tal. Quería libertad para elegir su futuro en 2024 y ahora la tendrá. Como en 2022, pero aquí entran los otros condicionantes que musculan al Madrid de cara al fichaje interminable: el crecimiento de Vinicius o Rodrygo y el éxito rotundo que ha supuesto Bellingham.
Un nuevo horizonte
En un puñado de partidos (19, con 16 goles), Jude ha confirmado, e incluso superado, los informes que instaron al Madrid a lanzarse a por su fichaje. Vini, dueño de la banda izquierda que anhela ocupar Kylian, ha evolucionado a el “jugador más determinante del mundo”, en palabras de Ancelotti en varias ocasiones. Mientras que Rodrygo ha roto en futbolista diferencial tras un arranque titubeante (nueves tantos y seis asistencias este curso).
Un simple vistazo a Transfermarkt muestra la consideración planetaria del trío. Mbappé y Haaland son los más valiosos del mundo (180 millones), pero después aparecen Vinicius y Bellingham, con 150M€. Y sólo hay que enfocar el décimo lugar para encontrar a Rodrygo y sus 100M€. Hace año y medio, ni estaba Jude en el club ni la pareja brasileña se movía en su dimensión actual.
A partir del 1 de enero se desatará la tormenta, pero lo hará bajo unos parámetros en los que el Real Madrid se mueva con comodidad. En el Paseo de la Castellana se observa la operación con paciencia. No se pierde de vista el talento de Mbappé ni tampoco el salto de calidad que supondría para la plantilla, aunque sin entender el potencial fichaje como una medida urgente y vital.