Israel se prepara el lunes para una huelga nacional que amenaza con paralizar “toda” la economía tras la furia que se desató públicamente por la muerte de seis cautivos en los túneles de Hamas bajo Gaza, mientras aumentan los llamamientos al primer ministro Benjamin Netanyahu para que garantice un acuerdo de alto el fuego a cambio de los rehenes.
Desde la bulliciosa Tel Aviv hasta la ciudad meridional israelí de Eilat, decenas de miles de israelíes salieron a la calle el domingo en una de las mayores protestas a escala nacional desde el inicio de la guerra de Israel contra Hamas. Y los manifestantes han prometido continuar su movimiento.
La huelga general, que comenzó el lunes por la mañana, refleja la ira hacia Netanyahu, a quien algunas familias de los rehenes y sus partidarios acusan de obstaculizar los esfuerzos para llegar a un acuerdo.
Aún no estaba claro el alcance de la huelga a primera hora del lunes, pero sus partidarios han prometido una respuesta nacional.
Se esperaba que tres de las víctimas, entre ellas el israelí-estadounidense Hersh Goldberg-Polin, fueran liberadas en un eventual alto el fuego, según dijeron funcionarios israelíes a CNN. Las autopsias mostraron que habían recibido disparos a corta distancia el jueves o el viernes por la mañana; las fuerzas israelíes anunciaron la recuperación de sus cuerpos de un túnel subterráneo en Rafah el sábado.
Los detalles de sus muertes avivaron la ira, palpable en todo el país, mientras los manifestantes bloqueaban carreteras, ondeaban banderas israelíes y coreaban “no les abandonaremos” en referencia a los más de 100 rehenes, incluidos 35 que se cree que han muerto, retenidos en Gaza, según datos de la fficina del Primer Ministro israelí. La gran mayoría de esos rehenes fueron tomados durante el ataque de Hamas contra Israel del 7 de octubre, en el que murieron unas 1.200 personas y más de 200 fueron tomadas cautivas.
En Tel Aviv, un grupo de manifestantes se situó detrás de un cementerio simulado mientras sujetaban carteles que decían “nombrado por Benjamin Netanyahu”, mientras culpaban al primer ministro de la muerte de los rehenes.
Más tarde por la noche, la policía lanzó granadas aturdidoras contra los manifestantes que bloqueaban la autopista Ayalon de la ciudad, según un video verificado por CNN. Naama Lazimi, miembro del Parlamento israelí presente en la manifestación, declaró en X que las granadas aturdidoras “fueron lanzadas hacia ambos lados donde se encontraban los manifestantes por sorpresa y sin previo aviso”.
La policía israelí también disparó espuma de un cañón de agua contra los manifestantes que se encontraban en la carretera, lo que provocó que los manifestantes corearan: “Agente, ¿a quién mantiene a salvo?”.
La policía detuvo a 29 personas en la ciudad, acusándolas de vandalismo, alteración del orden público y agresión a agentes.
El Foro de Familiares de Rehenes y Desaparecidos afirmó que al menos 700.000 personas participaron en las protestas en todo Israel, de las cuales se calcula que 550.000 lo hicieron en Tel Aviv. CNN no puede verificar las cifras de forma independiente y ha pedido a la policía israelí que facilite una estimación del tamaño de la multitud.
En Tel Aviv, la multitud estaba visiblemente emocionada; muchos gritaron “lo siento” mientras se recitaban los nombres de los seis rehenes por un altavoz durante la protesta, que según los organizadores fue la mayor desde el comienzo de la guerra.
Una manifestante dijo a CNN que estaba allí para mostrar su apoyo a su primo, cuyo cadáver fue repatriado por las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) durante la noche. “Estoy aquí todas las semanas, quería mostrar a su padre y a otros padres que estamos aquí para ellos”, dijo. “Y por otro lado, estamos increíblemente enfadados con el gobierno. Lo que han estado haciendo es imperdonable”.
En Jerusalén, los manifestantes pidieron la dimisión de Netanyahu mientras el gobierno celebraba una reunión del gabinete. Eden Kramer, que acudió a la concentración con un niño pequeño en un cochecito, dijo que también se manifestaba por el futuro del niño. “Esperamos que todo el mundo salga hoy para llevar un mensaje al gobierno: No podemos seguir así”, dijo.
Acuerdo bajo cuestionamientos
El descubrimiento de los cadáveres de los seis rehenes ha puesto en tela de juicio las negociaciones para un acuerdo.
Ha aumentado el escepticismo sobre la voluntad de Netanyahu de llegar a un acuerdo dada la feroz oposición de los ministros de extrema derecha de su coalición. El futuro político del primer ministro israelí depende en gran medida de sus socios de coalición de extrema derecha, varios de los cuales ya han amenazado con abandonar el gobierno y provocar su colapso si acepta el acuerdo.
Durante una reunión del gabinete celebrada el domingo, el ministro de Defensa israelí, Yoav Gallant, arremetió contra el gobierno israelí por lo que, en su opinión, era dar prioridad al control de una zona fronteriza clave conocida como el corredor Philadelphi frente a un acuerdo para liberar a los rehenes, calificándolo de “vergüenza moral”.
El corredor Philadelphi, un tramo de 14 kilómetros que discurre a lo largo de la frontera entre Gaza y Egipto, está actualmente controlado por las FDI. El despliegue de tropas israelíes a lo largo del corredor durante la primera fase de un acuerdo de alto el fuego ha sido un importante punto de discordia entre Israel y Hamas, que sostiene que las tropas israelíes deben retirarse de la zona fronteriza. Netanyahu afirma que el control del corredor es necesario para impedir que Hamas reanude el contrabando de armas a través de túneles situados bajo él.
Gallant, que se ha visto cada vez más aislado dentro del gabinete de Netanyahu en la cuestión del acuerdo sobre los rehenes, advirtió el domingo a sus colegas que “si seguimos por este camino, no conseguiremos alcanzar los objetivos que nos hemos fijado”.
Y añadió: “Si queremos a los rehenes vivos, no tenemos tiempo”.
Un funcionario de alto rango estadounidense afirmó que los asesinatos de los rehenes ponían en duda la seriedad de Hamas a la hora de intentar alcanzar un acuerdo, ya que tres de ellos iban a ser liberados como parte del entendimiento para un alto el fuego.
“Funcionarios estadounidenses habían estado trabajando en un paquete final junto con Qatar y Egipto. El paquete incluía a Hersh (Goldberg-Polin) y a varios de los rehenes que acaban de ser ejecutados”, declaró el domingo el alto funcionario estadounidense.
“Esto pone en duda la seriedad de Hamas respecto a un acuerdo, incluso mientras también aumenta la presión sobre Israel y Netanyahu personalmente”.
Una fuente familiarizada con las conversaciones de alto el fuego dijo a CNN que no estaba claro cómo afectarían las muertes a las discusiones, añadiendo que el impacto probablemente se verá en el próximo día o dos.
La “situación es complicada”, dijo la fuente. Actualmente no hay negociaciones conjuntas en persona con las partes, pero la fuente dijo que las discusiones continúan a través de los canales regulares.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y la vicepresidenta Kamala Harris se reunirán el lunes en la Sala de Situación con el equipo estadounidense que negocia un acuerdo, según la Casa Blanca.
“En una espiral descendente”
El ministro de Finanzas de Israel, Bezalel Smotrich, de extrema derecha, ha pedido al fiscal general del país que solicite medidas cautelares urgentes para impedir la huelga nacional prevista para el lunes.
En una carta dirigida al fiscal general Gali Baharav-Miara, Smotrich argumentó que una huelga perjudicaría a la economía en tiempos de guerra y sentaría un peligroso precedente. La oficina del fiscal general aún no ha comentado la petición.
Anteriormente había dado instrucciones al departamento de salarios del Ministerio de Hacienda para que transmitiera la directiva de que no se pagaría a nadie que se sumara a la huelga del lunes.
El presidente del mayor sindicato de Israel, conocido como Histadrut, advirtió el domingo que el país estaba “en una espiral descendente, y no dejamos de recibir bolsas para cadáveres”.
Arnon Bar-David, que convocó la huelga, dijo en rueda de prensa que “solo una huelga conmocionaría, y por eso he decidido que a partir de mañana a las seis de la mañana, toda la economía israelí se paralizará”.
Añadió que la huelga incluiría el cierre del aeropuerto Ben-Gurion. En un comunicado, el aeropuerto Ben-Gurion dijo que estaría “abierto para vuelos y aterrizajes el lunes 2 de septiembre”.
La Universidad Hebrea de Jerusalén dijo que se uniría a la huelga, que describió como una “respuesta a la trágica noticia del asesinato de nuestra estudiante Carmel Gat, junto con otros cinco rehenes israelíes”.
Gat, terapeuta ocupacional de 40 años, fue sacada por Hamas de la casa de sus padres en el kibutz fronterizo de Be’eri, en el sur de Israel, el 7 de octubre.