el miércoles 12 de julio de 2023
El paracaídas
De muy mal gusto para la opinión pública la llegada del vice candidato ayer por el canal que es tuyo es mejor. Eso de auto invitarse a una entrevista, no está bien.
Y si hubiera ido a decir lo que queremos escuchar sobre una rigurosa auditoria a los fondos descentralizados, o cómo va a resolver el problema del Seguro Social, pero no, lo que hizo fue echarle gasolina a esos temas y a la asamblea.
Puso pies en polvorosa
El que no lo pensó dos veces, fue el hijo del general, que cuando vio llegar al ungido, decidió retirarse del canal y cederle el espacio a su adversario político.
Dicha acción por parte de Martincito, dijo don Serapio se puede catalogar cómo prudencia política pues el que estaba invitado era él y no el aparecido.
Chambonada política
Pero don Serapio también dijo que el papel del vicepresidente ayer, no fue más que una chambonada política.
Tomando en cuenta que no disimuló su ego y prepotencia, llegando a calificar de irrespetuosa a Castalia, por decirle lo que todos pensamos de la asamblea.
No los conocen
Dice don Serapio que se anda fijando en todo, que esa oferta electoral de los del otro camino, lleva una cantidad de desconocidos, que duda puedan salir aunque sea de corregidores.
Ese es el motivo por el cual, siempre regresan los mismos a la asamblea o juntas comunales y municipios, haciendo parecer que son un mal necesario, agregó el viejo allá en el West.
Callado anda
La decana, puso al descubierto que durante la era del tortugón, se destinaron a las juntas comunales y municipios 994 millones de los fondos descentralizados.
Todo esto con el beneplácito del ministro dulcineo y el encargado de controlar las finanzas, conocido como el petrolero y no hay un informe detallado de ese gasto.
Callado anda
Lo que enfada es que nadie dentro del actual gobierno, contralor incluido haya hecho alguna denuncia o desarrollado una auditoria para determinar que esos dineros, fueron bien utilizados.
Y el señor Varela, anda bien calladito con este tema que pareciera estar bien protegido por alguien que no le conviene que estás cosas se sepan.