El francés no se arruga al pensar en si puede llegar a los 50 goles que promedió cada curso Cristiano, su ídolo de niño, en el Real Madrid.
Kylian Mbappé jugó este pasado 14 de agosto en Varsovia su primer partido oficial con el Real Madrid. No fue un sueño, fue real, se cumplió aquello que el Madrid llevaba persiguiendo desde 2017, cuando el francés irrumpió con fuerza en el panorama haciendo estragos en la Champions con el Mónaco. Entonces, el salario y la presencia de la BBC aún vigente en el Madrid imposibilitaron su llegada, por lo que terminó en París.
Y a ello siguió un camino de siete años en los que sonó cada verano y estuvo cerca de llegar un par de veces, pero siempre sin suerte. Este 2024, con su contrato con el PSG ya vencido, no hubo excusa y el sueño de Kylian, que empapelaba de pequeño su cuarto con pósters de Cristiano vestido de blanco, se hizo realidad: “Esperaba este momento desde hace mucho tiempo, jugar con esta camiseta, con este escudo, para esta afición. Es un gran momento para mí. Cuando juegas para el Madrid no tienes límites. Vamos a mejorar y vamos a vivir noches increíbles”.
Y empezó su andadura de blanco del mejor modo, levantando un título y marcando. En este momento, promedia un gol por partido; su reto es mantener ese ritmo, acercarse lo máximo posible a su ídolo, Cristiano, que se fue del Madrid tras anotar 450 goles en nueve temporadas, o lo que es lo mismo, 50 goles por curso. Justo los que fue retado a marcar por el reportero que le entrevistó nada más terminar el duelo. Y él no se arrugó: “Somos el Real Madrid, no tenemos límite. Si son 50, pues 50″.
Para la pelea por el Balón de Oro anda algo desenganchado, pero no será por falta de acierto: es el jugador de las cinco grandes ligas de Europa que más goles ha marcado (24) y que ha participado en más tantos (32) en 2024 en todas las competiciones, a lo largo de 27 encuentros. Con el Madrid, ya lleva uno. Y promete muchos, muchos más.