Huyendo de los bombardeos israelíes, miles de desplazados internos en el Líbano se dirigen a la ciudad de Sidón, en la costa mediterránea, donde se abrieron escuelas para albergarlos.
Om Mohammed dijo que caminó durante 12 horas a pie con sus dos hijos pequeños para escapar del bombardeo en su pueblo.
Le mostró a CNN las ampollas y los moretones que tenía en los pies, tanto ella como su hijo. Pasaron la noche fuera de un edificio municipal, apoyados en una pared y cubiertos por una manta. Mohamed, de 10 años, tiene fiebre y Om lo despierta para darle gotas de medicina.
La voluntaria Reem Afifi le dijo a CNN: “Las escuelas están llenas y la gente está durmiendo aquí en el municipio y en la calle”.
Nuestra entrevista fue interrumpida por fuertes explosiones, que según los voluntarios eran las explosiones sónicas de los aviones israelíes rompiendo la barrera del sonido, en un intento de calmar a las familias que se refugiaban alrededor del edificio municipal.