Las dos navidades
Los cristianos en el mundo entero conmemoramos el nacimiento del Niño Jesús, suceso que ocurrió hace ya 2023 años en Belén.
Hijo de humildes padres, pero que alcanzaron gracia delante de Dios, pues fueron escogidos María y José como los progenitores del hijo del Creador, para concebir lo que estaba escrito.
Nació y fue puesto en un humilde pesebre, teniendo por techo el cielo rodeado de estrellas, por calefacción el calor corporal de los animales cercanos, no conoció de lujos ni de caros juguetes, ropa o zapatos nuevos. Su vida se desarrolló en humildad y carencia a pesar de ser poseedor de grandes riquezas.
Pero muy al contrario de ese ejemplo de amor, hoy hacemos de esta fiesta el mayor derroche de lujos, claro está los que pueden. Colocando grandes y suculentas viandas en la mesa y comprando los más caros regalos para obsequiar a sus allegados, olvidando que hay otro grupo de personas también participan de esta celebración, pero con carencia absoluta.
Pienso en los niños que viven campo adentro quienes hoy tendrán un día parecido al de todos los días. Para ellos, no hay ricos manjares ni regalos lujosos, tampoco ropa costosa ni finos calzados.
Niños que viven el día a día igual, sin hacer distinción entre una fecha u otra, niños a los que quizás les preguntes que es la navidad y a lo mejor no puedan responder; pero igual son felices con lo que tienen, ignorando que, a pocos kilómetros, niños de su misma edad que celebran la navidad de otra manera.
Invitamos para que por lo menos hagamos una oración por esas personas que no son privilegiadas para celebrar una navidad pomposa, pero saben ser felices con lo poco que tienen.
Nuestra verdad sin importar a quien le duela.