El Banco Central no dio señales, al menos en la primera jornada tras el anuncio de las medidas, de modificar el ritmo de ajuste del tipo de cambio oficial que viene llevando adelante en los últimos meses. La tasa de incremento mensual se mantiene en el orden el 6,5%, a pesar que la inflación de abril llegó a 8,4% y que la de este mes parte de un piso de prácticamente 9%.
El dólar mayorista llegó ayer a $ 230,70, por lo que la brecha con el tipo de cambio libre, que ayer subió hasta $ 483, se volvió a agrandar hasta el 109%. La incógnita por ahora no develada es si el Gobierno tiene intenciones de seguir atrasando el tipo de cambio para suavizar el aumento de los precios. Otros creen que, por el contrario, lo que debería hacer es acelerar el ajuste para que no aumente más esa brecha, que no hace otra cosa que aumentas las expectativas de devaluación.
Por lo pronto, el FMI ya indicó públicamente que el tipo de cambio oficial tendría un atraso de 20%. Fue en la revisión de metas del cuarto trimestre que se divulgó a fin de marzo. Siguiendo ese razonamiento del staff del organismo, la cotización del dólar debería ser como mínimo de $ 276, mientras que el minorista debería trepar a cerca de $ 290.
Pero realizar un ajuste discreto del tipo de cambio no está en los planes de Sergio Massa, ya que provocaría automáticamente un salto aún mayor de los precios, lo que muchos describen como “fogonazo inflacionario”. Por eso, el ministro de Economía, que además tiene aspiraciones presidenciales, definió casi desde el principio de su gestión continuar con el incremento gradual, acompañando de cerca la marcha de la inflación.
A pesar que el dólar oficial viene aumentando menos que la inflación, en lo que va del año el Índice de Tipo de Cambio Real Multilateral se mantiene prácticamente estable en 95,5 puntos. En otras palabras, la economía argentina no perdió competitividad a pesar de este mayor atraso cambiario.
El FMI sostiene que el tipo de cambio oficial está atrasado un 20% y posiblemente se quede muy corto. Sin embargo, el Gobierno decidió mirar para otro lado y sostener un ajuste del dólar oficial que se mantiene por debajo de la evolución de la inflación mensual
La explicación es que al mismo tiempo se apreciaron las monedas de países que comercian con Argentina, en especial el real. La moneda brasileña viene recuperándose de manera sostenida contra el dólar. Tras haber tocado los 5,20 reales, ahora el dólar cotiza por debajo de 4,90.
La política de atrasar el tipo de cambio en la previa electoral es un clásico de la Argentina. Se supone que se trata de un ancla antiinflacionaria, ya que las importaciones ingresan al dólar oficial. Pero ya hace tiempo que esto dejó de ser cierto, al menos en la Argentina. De hecho, mantener un tipo de cambio que sube menos que la inflación no impidió que el índice ya se ubique cómodamente arriba del 100%.
En realidad, hoy tiene más influencia en el tipo de cambio la expectativa de devaluación, que es fogoneada por el aumento de la brecha cambiaria.
Por otra parte, Massa acelera las negociaciones con el FMI para modificar las metas de reservas netas y de déficit fiscal, pero también para conseguir un adelanto de los desembolsos previstos hasta fin de año. De esta forma, busca fortalecer al BCRA en los próximos meses y ganar poder de fuego en los meses previos a las elecciones.
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